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viernes, 18 de marzo de 2011

Intimidades de la suspensión

Algunas teorías sicológicas ven este acto como un intento de suicidio.

Me senté, me centré y concentré dijo Fabián Ortiz que fueron sus pasos para soportar la suspensión.

Fabián Ortiz, maestro de técnica vocal, profesor de inglés, narrador escénico de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), consumidor asiduo de novelas literarias y actualmente estudiante de Ingeniería Catastral y Geodesia en la Universidad Distrital (UD) de Bogotá  se suspendió (suspender un cuerpo rígido) de la espalda con unos ganchos metálicos.

“Bogotá es una burbuja en la que la gente no sabe lo que sucede a su alrededor, simplemente tienen para el bus y la comida pero no nos interesamos por lo que pasa en nuestra sociedad”, dice Ortiz quien además de esto se colgó para recibir atención y en el fondo hay un deseo de trascendencia, “no lo veía como un acto vil, más bien uno del cual podría aprender aunque no lo repetiría”.

Felipe Polanco Rojas,  Sicólogo de la Universidad San Buenaventura (Bogotá) que además estudió Lengua Castellana y Humanidades en la UD y actualmente se encuentra haciendo una maestría en Desarrollo Social y Educativo, asegura que, el acto, es un acto de fortaleza (refuerzo) social, símbolo de agresividad y poderío.

¿Qué sintió?: “mucho dolor cuando me estaban haciendo las perforaciones, yo sabía cuál era mi límite y lo respeté, durante la suspensión el peso estaba distribuido y no dolía tanto aunque los ganchos que más me dolieron fueron los de arriba, incluso después, al momento de dormir por la carga del peso a un costado” asegura Fabián Ortiz.

“Una de las perforaciones me asustó mucho, no dejó de sangrar, hasta pensé que me había cogido alguna vena, salía sangre a chorros y me preocupé, por suerte estaba con expertos, no pasó nada aunque usamos muchos pañitos para frenar la hemorragia”.

Felipe Polanco afirma que: “algunas teorías aseguran que es una estimulación fisiológica que tiene reacción apetitiva, gusto – poderío dentro de grupo social, la gente que hace éste tipo de cosas son personas rudas, extremas, en definitiva, gente de acción. Es un acto de exhibicionismo”.

Algunos de mis amigos me decían que era un berraco y otros que yo estaba muy loco… dice Fabián.

Fabián Ortiz: tengo más o menos unos veinte amigos que han hecho la suspensión, lo veo como algo normal, nada del otro muncho, no creo que sea un tabú. La estructura de suspensión que usé se llama ángel y es ahí donde entra el acto escénico, la imagen y la sangre son muy fuertes.

Las personas sienten una sensación de angustia, pero les gusta, Ortiz dice que la gente sentía su dolor.

La adrenalina fue sensación de todos los presentes, no solo un momento personal.

Las personas ven la laceración del cuerpo como un acto repulsivo, es una postura cultural, nuestro pensamiento judeo-cristiano nos ha enseñado que debemos cuidar el cuerpo, lo que nos ha dado dios, lo contrario son revelaciones a las normas establecidas al contexto, la resistencia a estos actos se debe a la poca cantidad de adeptos, es posible que si en el futuro ganan fuerza estas acciones, la gente empiece a verlo como normal y no lo tilden de tabú, ya no se vería como un comportamiento agresivo que la gente ve como negativo.
Cicatrices del proceso.



(Agradezco sus comentario, ando dispuesto a responderles sus dudas)


1 comentario:

Anónimo dijo...

Realmente interesante, las sensaciones que logra transmitir en el lector son impresionantes.

SoyLibreSoyBlogger

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